El incienso tiene un aroma ahumado y amaderado y es considerado por muchas culturas diversas como el más espiritual y preciado de todos los aceites esenciales. Su uso clásico es para la oración o la meditación así como en preparados para el cuidado de la piel. Para obtener una crema hidratante facial lujosa y nutritiva, mezcle 2 gotas de incienso con 1 gota de rosa (preferiblemente Otto) en 10 ml de aceite de onagra o de borraja y aplíquelo con moderación.

Pruebe 2 gotas de incienso y 2 gotas de bergamota en un quemador o difusor para ayudar a calmar la mente después de un día agitado en la oficina. Alternativamente, mezcle los mismos aceites en una cucharadita de aceite de melocotón y agregue la mezcla a un baño tibio.