Este famoso afrodisíaco brasileño es otra corteza de árbol y proviene de Anemopaegma mirandum, una madera dura brasileña que florece en el norte del país. Tiene un hábito vigoroso, desplazando a otras especies para formar bosques de Catuaba, y las raíces emergen a través de la superficie a unos pocos metros del tronco y luego viajan por el suelo antes de sumergirse nuevamente en el suelo. Tradicionalmente, la corteza del árbol se recolecta de manera muy similar a como se hace en el caso del Lapacho, y la fibra triturada se convierte en un té aromático. También es común que las parejas dejen un trozo de corteza en remojo en una botella de ron de caña de azúcar local y dejen que el alcohol extraiga los activos de la madera. Esto hace que los amantes de todas las edades disfruten de una bebida tranquila y suave. También es posible conseguir cápsulas de corteza de Catuaba pura y triturada. Y para muchas personas esa es la dosis de elección, ya que la preparación del té no es tan sencilla como con un simple té de hojas. Se recomienda un tratamiento de varios meses, y normalmente tras un periodo de entre cuatro y seis semanas se consigue un sueño rico y profundo... y un aumento de los sueños eróticos. Sorprendentemente quizás para un afrodisíaco legendario, Catuaba es muy calmante, ayuda a reducir el ajetreo de un día estresante y nos pone en el estado de ánimo armonioso que hace que el mejor comienzo de una velada amorosa. En Brasil dicen de Catuaba que "Hasta que un padre llega a los 60 años, el hijo es suyo. Después el hijo es de Catuaba". Los naturópatas sugieren frecuentemente el uso de Catuaba en algunas de las siguientes condiciones: impotencia, frigidez, tensión, insomnio, espasmos musculares, hipocondría.