En toda América del Sur, las tribus indígenas han bebido té elaborado con la corteza interior triturada para aumentar la eficacia de los mecanismos de defensa inmune del cuerpo. También se ha utilizado este remedio tradicional durante siglos en el tratamiento del asma, la bronquitis, las infecciones y algunas formas de cáncer.

Ya en 1882, uno de los componentes del lapacho fue aislado e identificado como lapachol, un químico antimicrobiano y potencialmente combatiente de tumores. Hoy en día, la evidencia científica muestra que los extractos de lapacho, más potentes que las versiones refinadas, ofrecen una protección eficaz contra una amplia gama de organismos bacterianos y fúngicos, incluida la Candida albicans, que causa la candidiasis.

Los indios de la selva tropical siempre han valorado el lapacho como una medicina poderosa para fortalecer la inmunidad y protegerlos contra los parásitos intestinales. En muchas partes del mundo, los médicos lo reconocen como una ayuda para los pacientes con enfermedades de inmunodeficiencia.

Para la EM, el síndrome de fatiga crónica, Epstein-Barr y el síndrome del cansado todo el tiempo, el lapacho puede ser una gran ayuda para la recuperación debido a sus efectos positivos sobre el sistema inmunológico.